Cerrando puertas

 

Me ha pillado este domingo cerrando puertas. 

No sé si ustedes conocen la tradición: inmediatamente después de las campanadas de fin de año hay que abrir todas las ventanas de la casa para que las malas vibraciones del año que se cierra se esfumen y se renueve el aire de la casa para el nuevo año. Si no es una tradición extendida, en mi casa sí lo es, básicamente porque nos gustan los enredos y ese en concreto viene de perlas para disipar los humos que a esas horas se han generado ya por los fumadores ...

...y este año ni les cuento lo necesario que será abrir ventanas, especialmente si se comparte mesa ...

... pero aunque eso no suceda y aunque me toque comer las uvas solita, que todo puede ser, he empezado ya a cerrar todas mis puertas para concentrar las malas vibraciones de esta basura de año pasado, de modo que al abrir ventanas la noche del 31/1 salgan todos los malos efluvios pitando ...y eso he hecho, he cerrado las grandes ...

           ... y las pequeñas , las ciegas y las acristaladas, las nuevas y las viejas ....

       ( cierto es que habría muchas otras puertas que cerrar, pero ya no están a mi alcance ...) 

     Porque este ha sido un año aciago, que nos ha arrojado al underground más profundo 

    que nos ha lanzado a atravesar pasajes oscuros 

      y nos ha hecho practicar nuestra resiliencia a la espera de atisvar la luz al final del camino 

        porque la luz está al fondo, cada vez más cerca

           después de todos los confinamientos 

    

        y después de tantas noches oscuras ...       

 

así que mis amig@s resistan un poco más por favor, cierren puertas a 2020 y en la noche del 31/1 abran ventanas ...arrojemos de nuestras casas y de nuestras vidas tantas malas vibraciones ...eso sí, cuidándonos lo más posible hasta que el espacio exterior sea también seguro ...cosa que yo espero suceda en 2021 ...eso deseo para tod@s!!